EXPEDIENTE

Antonia Arrobas y Pérez era una joven de trece años de Talavera la Real de la provincia de Badajoz, que pide examinarse de secundaria, de Latín y Lengua Castellana, para revalidar los estudios privados que había hecho previamente, y que realizaría ese examen el 13 de junio de 1871 en el Instituto Rábida de Huelva.


Resulta llamativo que siendo de la provincia de Badajoz, que ya tenía instituto de secundaria desde 1845, decidiera solicitar la realización de ese examen en el instituto de Huelva capital. El motivo puede deberse a la presencia de su tío, el también extremeño, Joaquín Sama y Vinagre, que tenía la cátedra de Lógica, Psicología y Filosofía Moral en el centro onubense. Quien también pudo intermediar para que el padre de Antonia, carpintero de profesión, se trasladara con toda la familia a la capital onubense, para trabajar en los astilleros del puerto.

Con toda probabilidad, Joaquín Sama, que antes de sacar las oposiciones se había dedicado a dar clases particulares, ayudara en esos estudios privados que realizara Antonia Arrobas y por los que solicitaba examinarse. Quizás esa sea la clave para entender el motivo por el que decidió que el Instituto de Huelva fuese el lugar elegido.

Federico de Castro
La figura de Joaquín Sama y su presencia en el Instituto, junto con quien era director del mismo, Horacio Bell, viene a confirmar la corriente reformista y modernizadora que había en el centro de enseñanza secundaria de Huelva. Sama pertenecía a la escuela krausista española, era discípulo de Federico de Castro y Fernández, padre del krausismo español y discípulo directo de quien introduce el krausismo en España, Julián Sanz del Río.

Federico de Castro había sido, además, el primer profesor de Filosofía del Instituto de Huelva en 1856, momento de su fundación, y en 1871, cuando Antonia Arrobas solicita la realización de los exámenes de validación era Rector de la Universidad de Sevilla. Creándose así el ambiente necesario como para que este paso, pequeño para Antonia Arrobas, pero muy grande para el camino hacia una plena igualdad y para la enseñanza española, se diera en Huelva.

Desde la Dirección General de Instrucción Pública se aprueba la solicitud de Antonia Arrobas, autorizando este caso concreto pero no supuso la aprobación de una ley general que permitiera a las mujeres poder convalidar sus estudios privados. Pero si sirvió para crear jurisprudencia para las peticiones que llegaron meses después y que acudieron al caso de Antonia Arrobas, abriendo el camino a la enseñanza media a las mujeres y a la posterior enseñanza universitaria. A Antonia siguió María Elena Maseras en septiembre de 1871, Clara Costa y Franco en 1872 y Elena Rodríguez Castiñeira en 1873.

El dosier completo del proceso llevado a cabo por Antonia Arrobas en 1871 se encuentra en el archivo del Instituto La Rábida de Huelva, que guarda los expedientes académicos de su alumnado desde el año de su fundación, en 1856.

El proceso administrativo se inicia con un escrito de Horacio Bel, director del instituto, que acompañaría a la solicitud de Antonio Arrobas, continúa con la respuesta del rector de la Universidad de Sevilla, Federico de Castro, y la solicitud de la propia alumna. También se incluye la prueba de ingreso que realizó y la calificación que obtuvo de los exámenes de Latín y Lengua Castellana que realizó. Todo el expediente se puede descargar desde el Repositorio Institucional de la Universidad de Huelva a través del siguiente enlace:


HOJA DEL EXAMEN DE INGRESO:





CERTIFICADO DE NOTAS:






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